En los orígenes de la civilización y antes de ser inventada la escritura como forma de comunicación, el ser humano utilizó otras maneras de expresarse, denominadas en conjunto arte rupestre. Algunas de esas formas de expresión quedaron registradas en figuras labradas en piedra que siguen siendo atrayentes por su misteriosa belleza particular.
En el Diccionario Enciclopédico Salvat se puede leer: Petroglifos: (de petro- piedray gr. glúphein, grabar.) m. nombre que se da al dibujo en una roca o en una piedra, y de modo muy particular a los realizados durante el periodo neolítico.
Otra descripción es: Petroglifo. La palabra proviene de los términos griegos petros (piedra) y glyphein (tallar) y fue en su origen acuñada en francés como pétroglyphe.
Los petroglifos son representaciones gráficas grabadas y talladas en rocas, hechas en la prehistoria por nuestros antepasados; los más antiguos pertenecen al periodo Paleolítico Superior y sobre todo al Neolítico. Es un vivo antecedente de los símbolos que anteceden a la escritura que actualmente conocemos, y su uso en la comunicación data de aproximadamente 10 000 a 12 000 años a. C. Posteriormente, entre los 7000 a 9000 años, surgieron otros sistemas de escritura, como la pictografía y los ideogramas. Se han encontrado en todos los continentes, especialmente en algunas partes de Sudamérica, África, Escandinavia, Siberia, el suroeste de Estados Unidos de América y Australia, exceptuando la Antártida. Algunos han llegado hasta nuestros días, dependiendo de la cultura y el lugar en que se encuentren.
En el caso de nuestra entidad, en las inmediaciones de las bahías de Acapulco y Puerto Marqués se han localizado nueve sitios arqueológicos con 80 petroglifos, que representan una de las principales evidencias de los asentamientos costeros más antiguos de Mesoamérica, y se remontan hacia el periodo Preclásico, localizándose en: Cerro Tambuco, La Mira, Palma Sola, Caleta y Caletilla, La Sabana, El Coloso, Puerto Marqués, Mangos y Playa Mogollitos, este último con pintura rupestre. Estos sitios se caracterizan por la presencia de petrograbados, los cuales dan testimonio de un estilo de representación gráfica que las civilizaciones prehispánicas de las costas del estado usaron para plasmar episodios de su vida cotidiana; además, indican diversas formas de sacralización de espacios destinados a las actividades de tipo social importantes para los antiguos habitantes de Acapulco y han sido fechadas entre 1200 a. C. y 750 d. C. Se pueden observar: líneas sencillas onduladas y rectas, barras, puntos, cuerpos y rostros humanos, representaciones de animales y figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas basadas en círculos, cuadrados, rectángulos, que conforman el conjunto de grabados sobre rocas de uno a ocho metros de largo y entre uno y cuatro de alto, realizadas con técnicas de punteado, abrasión y cincelado con varios milímetros dentro de las piedras con una gran precisión.
La interpretación que hacen algunos autores sobre los petroglifos señala que se refieren a mitos de origen social, festividades y mediciones complejas que fueron sintetizadas en registros numéricos, calendárico-astronómicos, posiblemente para la determinación de los periodos agrícolas.
Resaltan las representaciones de ceremonias donde se puede apreciar a religiosos y gente común en posición de orar o danzar, también en actividades de la vida diaria, o en la invocación de la lluvia, la caza o la pesca.
En El Veladero, en Acapulco, se encuentra uno de los sitios arqueológicos más importantes de la región: Palma Sola, que tiene 18 rocas con petrograbados elaborados por los yopes, entre los Siglos II a. C y II d. C., considerados como los primeros pobladores de la zona. Palma Sola se suma a otros lugares de arte rupestre que existen en Guerrero, entre los que destacan, además de los ya mencionados, Potrilleros, Zapotillo, Boca Chica, así como las cuevas de Oxtotitlán, en Chilapa, donde se observan diversas pinturas y murales olmecas, y las pinturas localizadas en la cueva de Ocoapa, en Copanatoyac, que cubren unos 30 m.
Petrograbados en Palma Sola, Acapulco de Juárez.
Fósiles.
El vocablo fósil se deriva del verbo latino fodere, cavar, a través del sustantivo fossilis, aquello que es excavado, “que se ha sacado de la tierra, cavado”.
Un organismo al morir sufre cambios creados por el medio ambiente, humedad, temperatura, bacterias y hongos, entre otros; todos ellos desintegrando los cuerpos. En algunas ocasiones no sucede precisamente eso, por condiciones especiales que propician la preservación en su forma original, produciéndose, así, un fósil.
Existen distintas regiones en el planeta que son renombradas por su particular riqueza en fósiles; los más antiguos conocidos son los estromatolitos, que consisten en rocas creadas por medio de la sedimentación de sustancias, como carbonato cálcico, debido a la actividad bacteriana. Hay muchas clases de fósiles. Los más comunes son restos de caracoles o huesos transformados en piedra. Muchos de ellos muestran todos los detalles originales del caracol o del hueso, incluso examinados al microscopio.
Fósiles en forma de caracol.
Las especies fósiles de México están divididas en: Holothuroidea, del periodo Cretácico (aproximadamente de 144 a 65 millones de años); Echinoidea, de la era Mesozoica (de 248 a 65 millones de años) y de la Cenozoica (de 65 millones de años); Asteroidea y Ophiuroidea, Cretácicas, y Crinoidea, Paleozoica (de 540 a 248 millones de años) y la Mesozoica.
En la llamada Formación Mezcala (Cuenca Morelos–Guerrero–Puebla), definida así por los descubrimientos localizados entre las zonas noreste de nuestro estado, sureste de Morelos y suroeste de Puebla, se encuentran dos segmentos, uno inferior calcáreo y uno superior terrígeno.
Los fósiles encontrados en esa formación han sido identificados en diversos grupos: foraminíferos, corales, bivalvos, gasterópodos, equinoideos, crinoides, escafópodos, cefalópodos, ostrácodos, crustáceos y restos de vertebrados.
En seis localidades de las regiones Norte y Centro del estado se encuentran restos de peces ubicados en las rocas del Cretácico Superior (Turoniano-Maastrichtiano) y representan dos grupos de peces: osteictios y condrictios.
Fósil de trilobite.
Dentro del estado se hallan localidades fosilíferas muy importantes, entre las que destacan:
Amonite
Fósiles de caracol.
Planta fosilizada.
También se han encontrado fósiles en Chilpancingo, Atliaca y Colotlipa.
(MNBM)